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Redacción PERÚ21

redaccionp21@peru21.pe

Vamos a seguir con la pataleta hasta que nos hagan caso: el sistema privado de pensiones necesita un ajuste que permita, primero, que las tasas de reemplazo de los afiliados sean un poco más decentes que el 40% de hoy (si ganaba 100 de sueldo, su pensión será 40) y el, como mucho, 50% que se proyecta con rentabilidades como las que vemos ahora. En segundo lugar, pero no por eso menos importante, urge una reforma que haga crecer la cobertura de las pensiones e incorpore a más trabajadores, independientemente de que sean formales o no. Y no hablamos de la ONP.

Un consejo para el superintendente Daniel Schydlowsky, por quien siento un gran respeto y aprecio: no puede desestimar el efecto a la baja que tendrá el cambio de las tablas de mortalidad en las pensiones de los afiliados a las AFP. No puede decir que "ni lo van a sentir" o que "es casi nada". Eso no solo no está bien –porque demuestra un menosprecio que estoy seguro no siente por los trabajadores–, sino que además es tremendamente desafortunado viniendo de alguien que gana más de medio millón de soles al año, mientras que el sueldo promedio por afiliado al SPP ronda los S/.1,500, es decir, S/.22,500 al año. O sea, el 3.5% de lo que usted gana. No pues.

Algunos entendemos el ánimo detrás de estas declaraciones, tratar de bajarle la llanta al miedo que se acumula; pero ciertamente no era la manera. Es tan evidente el malestar generalizado (y los nervios) que esto de las tablas ha causado que tanto el ministro de Economía, Alonso Segura, como el presidente del BCR, Julio Velarde, han manifestado que hay que explicarlo mejor. "Ni yo entiendo […] son más altas que en Japón", dijo Velarde. El lunes nos encargamos de las AFP y de las aseguradoras.