Luis Davelouis: Operación política II

Decíamos que la capacidad de operación política era importante y ese mismo día se hizo público que la vicepresidenta había renunciado al Partido Nacionalista… hacía un mes. Es decir, hablando de lo nefasto de no tener la mínima capacidad de operación política.

Decíamos que Keiko Fujimori tiene una capacidad de operación política bastante respetable –sobre todo en el Perú– que le ha granjeado a su bancada una influencia importante en el Congreso y un –a la fecha– sólido 37% de las preferencias en la carrera electoral.

No nos vamos a detener en la capacidad aprista porque es absolutamente evidente e innegable. Pero podemos decir que se apalanca en su propensión de alquilar su capacidad de operación de terceros a cambio de terceros. ¿Es legítimo? Sí, pero no es tan… paja.

De todos modos, la señora Mendoza es capaz de ganarle la candidatura en justas electorales a un líder de izquierda dueño de la inscripción de Tierra y Libertad y eso dice mucho de su capacidad de hacer las cosas en buena onda. Eso dice muy bien de su capacidad de articular personeros pero, sobre todo, de hacer política dentro de un espectro ultradifícil como es (y esto para nadie es un secreto) la izquierda.

Ni Toledo ni PPK tienen esa capacidad. No la pueden construir en un espacio como el que queda entre hoy y las elecciones. A los que suelen señalar las probabilidades de convertir una mazamorra en un edificio en seis meses, ¿les friega que PPK y Toledo no tengan capacidad de operación política alguna? Solo quien puede conseguir espacios dentro de su propio movimiento con una oposición brutal es capaz de empujar una propuesta en medio de una tormenta de arena. Vamos tomando nota.