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Luis Davelouis: Nadie sabe para qué se inmola
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Primero fue Anel Townsend, transformada en una versión moderna de Martha Chávez, defendiendo lo indefendible: "César Acuña es del pueblo, representa la democracia, desafía el racismo y el clasismo". Lo cierto es que Acuña plagió sus tesis, se robó un libro y amenazó con demandar al verdadero autor para lo cual falsificó una firma y, además, regaló plata en cadena nacional, contraviniendo la ley (igualito que Keiko pero a ella no la botan, ¿no?¡Qué raro!). Cuando Favre abandonó a Acuña, Anel se quedó. Cuando Lay abandonó a Acuña, Anel se quedó. Y cuando Acuña abandonó las elecciones, Anel se fregó.
Luego fue Susana, quien decidió ser vicepresidenta de un investigado de violar DD.HH. (Urresti) "para salvar al Perú de Keiko". De no ser por haber alcanzado la alcaldía gracias al 'potoaudio', Susana sería una versión "progre" de Lulú: aunque gane, pierde. Susana se batió por Urresti hasta que el delirio se estrelló contra la decisión inopinada de Humala-Heredia de abandonar la carrera y traicionar a Urresti. Susana, gracias por tu participación, a ver quién te cree de aquí en más.
Vladimiro Huaroc, dirigente de izquierdas convertido en candidato a la 1ra. vicepresidencia por el fujimorismo, tendrá, quizá, una historia diferente. La Dirección de Fiscalización del JNE no ha podido demostrar que Huaroc regalara víveres pero el prometerlo es ya una violación a la ley. En un primer momento Keiko (que sí sale en una foto regalando víveres este año) y su gente intentarán defenderlo, pero luego lo usarán como chivo expiatorio y dirán "¿Ven? Nosotros respetamos la ley, aunque duela". Y querrán decir "aunque le duela a Huaroc".
Si Alianza Popular pierde la inscripción del PPC, Lourdes Flores correrá la misma suerte. ¿Guzmán regresa?
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