Luis Davelouis: ¿Mínimo o justo?

“No es cierto, entonces, que el incremento de la RMV se traduzca en un problema de empleo o que detenga el crecimiento del empleo formal”.
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El presidente Ollanta Humala anunció el aumento de la remuneración mínima vital de S/750 a S/850. Con esto, se dice, se le está devolviendo al trabajador algo del poder adquisitivo que perdió en los últimos años: durante el gobierno de Alejandro Toledo (2001-2006) la RMV pasó de S/410 a S/500 (+S/90), con Alan García (2006-2001) de S/500 a S/600 (+S/100) y este gobierno la ha incrementado en S/250.

La evidencia demuestra que entre el 2011 y el 2014 (hubo dos alzas de S/75 en 2011 y otra en 2012) el número de trabajadores con ingresos mayores a la RMV siguió creciendo. Incluso entre los no asalariados (autoempleados, que se usa para estimar la informalidad) el empleo y el cumplimiento del pago de la RMV también siguieron creciendo. El ratio entre el salario mínimo y el valor agregado por trabajador en el Perú, antes del aumento, era de 0.33 según el Banco Mundial. Colombia 0.34, Brasil 0.30, Chile 0.23 y EE.UU. 0.22. Saque su línea.

No es cierto, entonces, que el incremento de la RMV se traduzca en un problema de empleo o que detenga el crecimiento del empleo formal. Esto lo confirman los datos del Banco Mundial y el trabajo que al respecto realizó Nikita Céspedes (2014).

La experiencia internacional sugiere que la RMV funciona como un faro o referencia para la formación de las remuneraciones en el sector informal. Es decir, constituye una herramienta de negociación entre los trabajadores y empleados del sector informal y en el Perú, el grado de cumplimiento del pago de la RMV supera el 30%. Por lo tanto, es difícilmente cierto que solo los trabajadores formales se beneficien con el incremento. La canasta básica familiar cuesta S/1500. Poco menos que dos RMV. ¿Mínimo es justo?

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