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Luis Davelouis: ¡Mátalos, carajo!

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El Estado es el responsable de que hoy las personas sientan que deben defenderse tomando la justicia en sus manos. Es comprensible pero no legítimo porque supone una arbitrariedad a la que ninguno querría someterse, ¿o sí? Justicia es que cada uno reciba lo que le corresponde, de acuerdo con sus méritos, esfuerzo y talento pero, sobre todo, acciones. Matar choros es "paja" en cuanto alivio, pero es pasajero: no resuelve nada, como el matar terroristas y a todo aquel sospechoso de serlo no resolvió nada, si acaso todo lo contrario. El problema es mucho más profundo, pero nos hemos acostumbrado a lidiar con nuestros problemas cuando ya nos reventaron en la cara. No se trata solo de reprimir; sí, hay que reformar la Policía y el PJ para que se encarguen de los desadaptados y los miserables que nos acechan en las calles. Pero el destape y desenfreno actual de la delincuencia es un síntoma de algo mucho más profundo y grave y que, o no estamos viendo o, peor, viéndolo, escogemos ignorar porque seguramente contradice mucho de lo que creemos o damos por cierto. Y pocas cosas nos son más difíciles que abandonar nuestros sentidos comunes adquiridos, particularmente cuando nos son cómodos, porque nos proveen de alguna sensación de certidumbre y con ella cierta calma y seguridad, aunque en el fondo no sean más que un montón de estupideces.

Si reducimos todo a un "es un delincuente y cada quien escoge serlo, hay que matarlo/ deshacernos de él", vamos a estar como el enfermo que aunque tose sangre no acepta que tiene una tuberculosis galopante y por eso solo toma mejoralitos, un montón de mejoralitos, pero siguen siendo mejoralitos. Y es que es muy jodido reconocer que tienes tuberculosis subido en tu BMW serie 9.