notitle
notitle

Redacción PERÚ21

redaccionp21@peru21.pe

El 26 de junio de 2015, la Corte Suprema de EE.UU. legalizó el matrimonio de personas del mismo sexo. Los días siguientes, el hashtag #LoveWins se convirtió en tendencia mundial en Twitter. Esta columna también estuvo dedicada a ese acontecimiento (29/06/15): "#LoveWins: EL AMOR SIEMPRE ENCUENTRA EL CAMINO* (*Próximamente también en el Perú)".

Es reconfortante saber que el amor está encontrando su camino en el Perú gracias al fallo del 7mo. Juzgado Constitucional de Lima que ordena al Reniec inscribir el matrimonio civil de Óscar Ugarteche y Fidel Aroche. Siento una alegría especial porque Óscar es alguien a quien admiro, respeto y quiero mucho.

El camino seguramente seguirá siendo largo y tortuoso. Esta victoria en "primera instancia" –que seguramente Reniec apelará– tomó casi cinco años. Si el fallo es ratificado, Reniec realizará la inscripción. Así se abrirá la puerta para que las uniones y familias de hecho de muchos compatriotas que hoy son invisibilizadas sean reconocidas por el Estado. Con todo lo que ello implica y muchos damos por sentado: la posibilidad de forjar un patrimonio familiar, de poder heredarse, de visitarse en la UCI, de tener un seguro de salud conjunto, de tener una hipoteca compartida. En resumen, de ser reconocidos como la familia que de hecho son y accedan a los derechos que hoy solo algunos tenemos.

No entiendo cómo algo tan bello como el amor puede desatar tanto odio, pero, sobre todo, miedo. Porque Óscar y Fidel no están robando ni matando a nadie, no están traficando con drogas, ni cometiendo delito alguno. Algunos dicen que esto amenaza a la familia, pero nadie parece poder explicar cómo sin referirse a algún ultraterreno orden establecido. Y ni así va. ¿Saben por qué? Porque no es cierto.