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Luis Davelouis: Hecha la trampa
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Hace muchos años, en la semifinal del Inka Bowl, un mediocre tenista peruano perdía frente a un excelente tenista estadounidense. En cuartos de final, el peruano le había ganado a un jugador austríaco en un partido muy peleado pero corto. El chico de 16 años era un "no preclasificado", es decir, debió jugar y ganar dos partidos antes para poder jugar el campeonato y por ello acusaba un desgaste físico bastante mayor que aquel del peruano. El jugador de EE.UU., en cambio, había eliminado en la ronda previa a uno de los favoritos del torneo en un partido que había durado casi cuatro horas y media.
A medio partido, con todo en contra, el peruano cantó "fuera" tres tiros que habían caído dentro. El árbitro se acercó a ver las marcas pero cada vez el peruano las borró con la zapatilla y ganó los puntos. La gente aplaudía el robo con una rabia inexplicable para mí (como la de aquel mandril en la puerta del JNE el día de las audiencias de TPP y APP). La 3ra vez no pude más con la injusticia y grité: "¡Cayó dentro!" y la gente me miró como si yo fuera un marciano y no un niño de 9 años. Incluso un "señor" me dijo: "Cállate, chibolo de mierda, ¿no ves que vamos perdiendo?" y yo pensé "¿vamos?". La trampa conchuda, el griterío, el calor y el cansancio desconcentraron al gringo y el peruano ganó. Luego se coronaría campeón del torneo y después nos dejaría como una zapatilla en la Copa Davis.
Recordé esta historia tras el fallo del JNE en contra de Julio Guzmán y de Cesar Acuña con el aplauso rabioso de un montón de gente a la que no parece interesarle lo que es justo, sino solo lo que cree que le conviene y como si, además, la justicia le fuera una noción desconocida o hasta tóxica. Ah, ya sé: la gente del partido aquel se merece el mismo presidente.
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