Luis Davelouis: Feliz año

¿Qué tal si este año intentamos ser justos? No buenos, ni compasivos, ni solidarios, ni tiernos, ni emprendedores, ni tolerantes, ni generosos, ni considerados, ni proactivos: solo justos.

Justo sería, por ejemplo, que el Sr. Ollanta Humala no se haga el loco con el tratado de extradición con Francia y lo promulgue o en su defecto explique en extenso por qué considera que no lo hará.

Justo sería que el Sr. Luis Castañeda deje de intentar engatusar a la ciudadanía pintando de amarillo y "habilitando" un malecón que no se puede usar porque las barandas no están empernadas. Un malecón que está aislado del resto de la ciudad y al que solo puedes llegar si no te matan antes, como dice Patricia del Río.

Sería justo que los candidatos a la presidencia dejaran las generalidades y los lugares comunes en su intento por ganar votos. Ya sabemos lo que la ciudadanía quiere, así que dígannos cómo es que piensan lograrlo. Ofrecer crecer 6% o rebajar la inseguridad en seis meses califican como insulto a la inteligencia. Justo sería que nos dejen de tratar como idiotas.

Sería justo que los medios de comunicación masiva –especialmente la televisión y los colegas en general– nos dediquemos más tiempo a hacer preguntas que saquen a los candidatos de sus zonas de confort. Que dejemos de regalarle espacio al aire al candidato de nuestra preferencia porque, recordémoslo, el espectro radioeléctrico es propiedad de todos y no solo del candidato que más te gusta. La neutralidad se conquista practicándola.

Sería justo que el Estado se hiciera cargo de la salud, la educación y la seguridad para todos sus ciudadanos porque un país que ha crecido 20 años en donde hay tanto desatendido es un país injusto. Soñar no cuesta nada.