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Luis Davelouis: Destrabe

“El miércoles 18, Dammert y Balbuena estuvieron de acuerdo con el informe y solo pidieron incluir recomendaciones para que no parezca que Ositran es un tumba-la-fiesta”.

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Fecha Actualización
Ositran se pronunció sobre la adenda del contrato de concesión del aeropuerto de Chinchero. Dos de sus directores –Antonio Balbuena y Alfredo Dammert– votaron a favor, mientras que la presidenta de la institución –Patricia Benavente– votó en contra.

El informe técnico preparado por las gerencias de Ositran –sustentado en más de 80 páginas que cubren aspectos legales, económicos y financieros– desaconseja la aprobación de la adenda porque cambia sustancialmente las condiciones del contrato original en desmedro del Estado.

Por ejemplo, en el contrato original, el concesionario (Kuntur Wasi) asume el riesgo y la responsabilidad de conseguir el financiamiento para las obras y de realizar los aportes de capital para que el proyecto sea viable. La adenda –según los técnicos de Ositran– transfiere el riesgo del financiamiento y de las inversiones iniciales al Estado. Este le pagará US$265 millones de un porrazo al concesionario sin que este haya realizado obra alguna.

Originalmente, el Estado pagaría ese monto a lo largo de 15 años empezando al sexto año de iniciadas las obras; o sea, Kuntur tenía que poner de su plata los primeros cinco años. Ya no.

Además de crear un mal precedente es injusto: en la práctica, vas a financiar con mi plata la obra que me vas a vender y solo en esa movida harás una utilidad de 20%, según Benavente.

El miércoles 18, Dammert y Balbuena estuvieron de acuerdo con el informe y solo pidieron incluir recomendaciones para que no parezca que Ositran es un tumba-la-fiesta. El viernes 20 cambiaron de opinión y en solo 2 páginas cada uno –muy parecidas y que pueden resumirse en "a mí me parece"– opinaron a favor de la adenda insistiendo, además, en que lo que diga el informe técnico no es de cumplimiento obligatorio.

¿Qué pasó el jueves 19?