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Luis Davelouis: Cusco burbuja

“Este fenómeno le daría la razón a quienes sostienen que el mercado siempre se adelanta y descuenta los sucesos y los incorpora en los precios incluso antes de que los hechos ocurran o siquiera se anuncien”.

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Cuando se anunció la licitación del proyecto del aeropuerto de Chinchero, el precio del metro cuadrado de tierra en la zona se triplicó. Lo curioso es que ya había empezado a subir antes de que la aprobación del proyecto se hiciera pública.

Este fenómeno le daría la razón a quienes sostienen que el mercado siempre se adelanta y descuenta los sucesos y los incorpora en los precios incluso antes de que los hechos ocurran o siquiera se anuncien. Absurdo como es, (nadie fue, pero alguien tiene que haber sido) lo cierto es que los precios de todo han subido sostenidamente particularmente en los últimos cuatro o tres años desde que se anunció que ya se tenía un inversionista socio del Estado que desarrollaría el proyecto.

Este fenómeno especulativo no se restringe solamente al precio de la tierra, sino también a todos los servicios que se puede –desde la perspectiva de cada quien– ofrecer para, primero, la construcción de un aeropuerto y, después, su entrada en operación. Desde restaurantes y vendedores de materiales de construcción, hasta hoteles y maquinaria pesada, muchas personas que recibieron un justiprecio por su tierra expropiada o tenían algún excedente, los han invertido en lo que se les ocurre que les procurará algún ingreso cuando el proyecto del aeropuerto se concrete.

Algo de este tamaño y que ha generado semejante nivel de expectativa (se dice que a lo largo de más de 30 años y algunos sostienen que son 40 en total) no queda fuera del radar de traficantes de tierras, políticos, políticos oportunistas y oportunistas a secas que, como en una reedición de CLAE, le venden a la gente un sueño futuro a cambio de un pago que parece razonable pero que hay que hacer hoy mismo o se pierde la oportunidad. ¿Alguien se está ocupando de esa burbuja?