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Luis Davelouis: La corte de los lambiscones
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"¿Cogerías con un tipo si te ofrece 10 mil dólares?", le pregunta Marco, mientras se seca las manos, a Juan. "No", responde Juan. "¿Y si te diera 20 mil? Guita de verdad, te voy a pagar, ¿eh?". "¡No!", insiste Juan un poco nervioso. Después de todo, están solos en el baño. "Cincuenta mil dólares". "¡No!". "¡Quinientos mil!". Juan calla y observa el dinero de mentira que Marco ha ido apilando sobre el lavabo. Marco se le acerca y al oído le dice: "¿Te das cuenta? Putos no faltan, lo que falta son financistas".
Esta escena de la película argentina Nueve reinas, protagonizada por los actores Ricardo Darín (Marco) y Gastón Pauls (Juan), pone de manifiesto, crudelísimamente, la naturaleza flexible de algunos principios y convicciones. Incluso de aquellos que consideramos por defecto monolíticos e inamovibles.Lourdes Flores se alió con Alan García. Lo extraño es que, siendo ella el único verdadero activo del PPC atractivo para el Apra, está sirviendo de cabeza de playa para Raúl Castro, el presidente del PPC, quien va como número 2 de una lista parlamentaria de 37 miembros de los cuales solo cinco son "gente" de Lourdes. Ni siquiera está Javier Bedoya. Es como si Juan hubiera aceptado la propuesta de Marco, pero este le pagó de menos. Mucho menos. Nano Guerra García, un liberal, llama al dueño del partido que lo acoge, Luis Castañeda, "el mejor gerente que ha tenido Lima" y luego flaquea en su apoyo a la unión civil. Es difícil pensar que Guerra García crea realmente que llegará a ser presidente. ¿A qué está jugando entonces? Es como si no supiéramos qué es lo que le ha ofrecido Marco a Juan.
Los "sólidos principios" solían ser argumento de campaña, pero parece hoy que ya no faltan financistas, y más bien nos sobran los otros.
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