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Luis Davelouis: Comprar información - I
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¿Qué tiene de malo comprar información si al final se consigue conocer "la verdad"? Quizá el principal y más pernicioso problema sea que casi de inmediato aparecerán fábricas de información, que es a lo que Montesinos y su socio japonés, Fujimori, dedicaban buena parte de su tiempo, ¿se acuerdan? Donde haya demanda aparecerá la oferta buscando satisfacerla, así provenga de periodistas, curiosos, maleantes o extorsionadores.
Pronto este mercado se llenará de "testigos" y "facilitadores" dispuestos a decir lo que sea que quiera escuchar quien esté dispuesto a pagar. Esto sin considerar el conflicto de interés que existe en pagarle a alguien para que diga algo que perjudique a un tercero que no conoce o, peor, para que perjudique a un tercero a quien conoce y odia. Por supuesto, esto va mucho más allá de las compras de testimonios o denuncias en una comisaría, actividad cuyo crecimiento está circunscrito a los alrededores de la puerta de la comisaría y al policía que provee esa información que, además de ser de carácter oficial (o sea, existe independientemente de él) no busca fregar a nadie. Claro que esto podría evolucionar y convertirse, como empieza a pasar, en un gran mercado de videos de vigilancia.
"¡Como aquel con el que cayó Montesinos!". No, ese video no era una prueba fabricada, el interés público estaba dado porque no lo compró alguien incentivado por hacer una ganancia monetaria a través del ráting y el dinero que se pagó por él no fue a un delincuente sino que serviría para ponerlo a buen recaudo. Si al final eso sucedió o no, es otra historia. Lo importante es que una vez que empezamos a pagar por la información, esta empezará a ser fabricada para que diga lo que queramos que diga. Volvemos con más.
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