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Luis Davelouis: Asalto a la educación

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Fecha Actualización
Hace ya tiempo que los políticos encontraron la manera de convertir a algunas universidades y algunos centros de enseñanza superior en centros de recaudación. Desde sueldos millonarios hasta enormes contribuciones a causas poco transparentes. Parte de la política peruana ha aprendido a sobrevivir vampirizando los recursos de centros de estudios que venden esperanza y la promesa de movilidad social en uno de los países más clasistas y conservadores de América Latina.

Los títulos de "doctor" que ostentan algunos bachilleres que "enseñan" o dirigen algunos de esos centros sirven para financiar los partidos a los que pertenecen y que los pusieron en esos puestos. Y para aumentarles el ego.

Eso es lo que defienden el Apra, el fujimorismo y los congresistas relacionados con universidades cuyos rectores no se quieren ajustar a la Ley Universitaria, recién refrendada en todos sus extremos por el Tribunal Constitucional. Alan García miente cuando dice que la Ley Universitaria es chavista. Mulder miente cuando afirma que la ley permitiría al gobierno adueñarse de las universidades. De ser así, ¿el Tribunal Constitucional y el ministro Saavedra la respaldarían? García, Mulder, los fujis, César Acuña, José Luna y otros solo están cuidando sus bolsillos, en perjuicio de decenas de miles de estudiantes. Nada más.

Estafar con la excusa de la educación es muy fácil pues es un discurso que se legitima a sí mismo. ¿Sabe usted cuánto del dinero que paga por educación superior va a parar al bolsillo de un político y cuánto a contratar profesores de calidad para sus hijos? Ninguno de los mencionados quiere que usted se entere. Mañana se debate en el Congreso una ley que perfora la Ley Universitaria. Hay que dejarles en claro que no se saldrán con la suya.