Luis Davelouis: ¿Y ahora?

"Las heridas profundas que dejan las calumnias no se cerrarán, el odio generado por los estrategas de PPK mató consensos", escribía en Twitter el 6 de junio un resignado y picón congresista fujimorista Carlos Tubino.

Sin embargo, el 13 de setiembre del 2013, a propósito de la Ley de Unión Civil, escribió "Estamos frente a valores culturales que se fundamentan en el catolicismo. Nuestra sociedad no es liberal, ¡es antigay!". Luego, en otro: "Los combatiremos", como si se tratara de algún tipo de invasión zombi. Quizás el congresista pensaba que ser gay es como ser vampiro: si uno te muerde te convierte (¡ÑIAU!).

El 31 de agosto del 2015, Tubino escribió: "La congresista Verónika Mendoza si hubiera estado en política en la década del 80, hubiera sido terrorista SL". ¿Y si él hubiera vivido en España durante la Guerra Civil, hubiera sido un facho falangista y asesino a sueldo de Franco?

Él es solo uno de los fujimoristas que se lamentan de haber sido insultados en la campaña y que explican que debido a eso "será muy difícil consensuar". ¡Cómo si ellos no hubieran llamado de terrorista para abajo a todo aquel que se atreviera a cuestionar sus colgajos con firmeza! Además, lo dijo Becerril antes de que explotara el escándalo Ramírez: "No nos han elegido para consensuar". Francamente, qué cuajo.

A propósito, ¿se dieron cuenta de lo que significa que Cuculiza –fujimorista de mil batallas– diga que la sacaron de la campaña a pedido de Joaquín Ramírez? Parece que en FP quien pone la plata manda. Si es así, en el Ejecutivo no van a tener tantos problemas para "arreglar" con FP en el Congreso. ¿Saben cómo se hace para que un corrupto se siente a conversar? Pones la billetera sobre la mesa y miras para otro lado.