PUBLICIDAD
Luis Davelouis: Más de lo mismo
Imagen
Fecha Actualización
Las promesas electorales deberían ser vinculantes, es decir, obligar a quien las hace a cumplirlas bajo pena de despido. O mejor, de cárcel por delito contra la fe pública. Cierto, nadie sabe hacia dónde jala el caballo hasta que no se sube, así que nuestros candidatos pueden ofrecer lo que sea con toda la tranquilidad del mundo. Algunos porque no hay nada que los ate a sus promesas y otros porque saben que no van a ganar.
No sé si es que esta vez estoy más atento, pero me da la impresión de que esta campaña está dejando a la vista lo groseramente mentirosos que son nuestros aspirantes a la presidencia. Pienso que son raras las ocasiones en las que puedes señalar a alguno y decir con absoluta certeza "a menos que ocurra un milagro, este está mintiendo".
Aquí una pequeña lista de algunos ofrecimientos de dudoso cumplimiento: crecer 6% en 2016, reducir la inseguridad ciudadana a la mitad en seis meses, sacar a los militares a la calle para lograr lo anterior, tomar S/.10 mil millones que saldrán del Impuesto a la Renta que solían pagar y que ahora volverán a pagar las mineras para hacer un fondo autosostenible para financiar Mypes desde el Estado, gas por debajo de los S/.20, agua y saneamiento para el 100% de peruanos, y así. Como que van a luchar frontalmente contra la corrupción.
Además, están las promesas que son mentira por la fuente. Alan García ofreciendo respetar a las comunidades para dar luz verde a proyectos de explotación de recursos naturales luego de haber escrito "El perro del hortelano" y declarar que algunas creencias (en lo sobrenatural) son primitivas y, sobre todo, después del Baguazo, tiene que ser una broma. O mentira. Encuentre la suya.
PUBLICIDAD
ULTIMAS NOTICIAS
Imagen
Imagen
Imagen
PUBLICIDAD