La noticia llega del sur. Desde la Corte Suprema de Chile se pronuncia la jueza Andrea Muñoz, quien ha resuelto ampliar la extradición de Alberto Fujimori por cuatro casos judicializados: esterilizaciones forzadas, secuestros agravados a la familia Ventocilla, homicidio calificado en el debelamiento del motín en el penal Castro Castro y las presuntas ejecuciones extrajudiciales en el operativo de la residencia del embajador de Japón.

Con ello se habilita el proceso judicial contra Fujimori en nuestro país, para que estos crímenes no queden impunes y ni siquiera lo pueda salvar la ley de amnistía que está proponiendo su bancada de Fuerza Popular. Así que tenemos un nuevo episodio judicial que tendrá que afrontar el sátrapa, que, por cierto, hasta el día de hoy no ha pagado la reparación civil de sus delitos y menos ha mostrado arrepentimiento o pedido perdón a las víctimas de sus crímenes.

Resulta paradójico para los intereses del exdictador, después de haber lanzado con bombos y platillos su afiliación al partido Fuerza Popular, pretendiendo candidatear a la Presidencia en las próximas elecciones, que ahora llegue esta noticia desde Chile. Más aún cuando se destapa la farsa del indulto, que aducía el deterioro de su estado de salud, mostrándose desmejorado y pidiendo por su libertad y a la hora de los loros, está vivito y coleando para candidatear.

Lo anecdótico es que Fujimori volvería a pecar de la soberbia y la prepotencia que siempre lo ha caracterizado, y que lo ha llevado finalmente a la cárcel, porque recuerden que se puso a buen recaudo en Japón, aprovechando que no se tenía el acuerdo de extradición con ese país. Pretendió ser senador japonés, para lo cual debió de haber renunciado a la nacionalidad peruana, pero fracasó estrepitosamente porque los japoneses no se iban a tragar el cuento chino.

No contento con ello, pretendió regresar al país para postular en las elecciones del 2006 y entrar triunfante por Tacna, a la usanza de los caudillos, como le había aconsejado su inefable asesor, Raffo, y terminó en una cárcel en Chile y el resto de la historia ya la conocen. Ahora el zamarro pretende burlarse nuevamente zafándose de los fundamentos del indulto y querer postular, y paradójicamente se activan sus procesos penales en marcha, que seguro lo van a devolver a la cárcel; que se siga equivocando porque no aprendió nada el sátrapa.

TAGS RELACIONADOS