Los reportajes con segunda derivada
Los reportajes con segunda derivada

Todos los días, cuando no se habla de política y las prontas elecciones, la prensa, especialmente la televisiva, presenta noticias sobre personas que incumplen los cuidados necesarios para protegernos del COVID-19, que sigue en su segunda ola.

Muestran desde fiestas clandestinas, aglomeraciones hasta personas que no usan adecuadamente la mascarilla porque les incomoda. Efectivamente es indignante y frustrante, que es el mensaje que la prensa quiere dar. Sin embargo, sin quererlo ese tipo de reportajes pueden dar también otro mensaje oculto a aquellas personas que ya estén en dudas sobre qué comportamiento tomar. Las noticias de infractores los hacen pensar que esa es la actitud de la mayoría. Pueden llegar a pensar que, si otros lo hacen, ellos también pueden. Esto genera un círculo vicioso.

Por otro lado, los reportajes de comportamientos positivos, que también los hay en el país y son la mayoría, llama a más comportamientos positivos. Personas que a pesar de lo difícil que es cuidarse y seguir solventando a su familia, se han reinventado y lo han logrado. Hay miles de esas historias.

Incluso el ejemplo es la mejor receta; es decir, que aquellos presentadores que salgan en televisión tengan siempre en su escritorio una botella de alcohol en gel y una mascarilla si están acompañados, da un mensaje poderoso.

La libertad de prensa es justamente que nadie le puede decir a la prensa qué presentar. No es mi intención ni intentarlo, solo pretendo traer a la mesa herramientas básicas de ciencia conductual para aquellos que quieran usarlas.

Efectivamente, el responsable de liderar los cambios de comportamiento para evitar contagios y fallecimientos es el Estado, pero todos tenemos un rol para frenar la ola.

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