[OPINIÓN] Aldo Mariátegui: “Bayly, heredero del Duque y de Julius”. (Foto: Renzo Salazar)
[OPINIÓN] Aldo Mariátegui: “Bayly, heredero del Duque y de Julius”. (Foto: Renzo Salazar)

Jaime Bayly tuvo la amabilidad de remitirme Los genios, su última novela, y me la he leído en horas. ¡Muy entretenida! La verdad, es que Jaime es digno heredero de ese subgénero que yo llamaría “la novela aristocrática limeña”, un estilo muy particular –muy de mezcla de espíritu ‘dandy’ y ‘snob’ británico antes que de pituco criollo, de escándalo irreverente, pero fino, mordaz, travieso y agudo– inaugurado en el siglo XX por José Diez Canseco y continuado por Alfredo Bryce; tal vez podríamos hallar sus raíces en el gran Felipe Pardo y Aliaga, con su El viaje del niño Goyito.

Diez Canseco, muy amigo de mi abuelo, fue un escritor brillante. Su mejor obra es Duque, novela injustamente olvidada que retrata las peripecias, en los años 20 bajo el leguiísmo, de la frustrada boda de Teddy Crownchield Sotomenor, un apuesto pituco venido a menos, que trata de reflotar la situación familiar comprometiéndose con una linda y rica heredera. A pocos días de la boda, la novia descubre que Teddy está teniendo un affaire gay con su futuro suegro.

¡Eso provoca que el hedonista Teddy huya a Europa con su madre! El recién inaugurado hotel Country Club es mudo testigo de las orgías–a ritmo de jazz, foxtrot y charleston– de Teddy y sus compinches. Un ya fallecido amigo muy mayor me contó que todos los personajes eran reales y que Diez Canseco se desanimó al último minuto de publicar, pero el malvado editor Luis Alberto Sánchez siguió adelante.

Diez Canseco no solo era un novelista prolífico, sino que fue el columnista político más importante de los años 40. Talento precoz, murió muy joven (45 años). Uno no puede dejar de recordarlo al leer Un mundo para Julius. Jaime ha tomado, hace rato y espléndidamente, la posta de esta corriente literaria tan limeñísima. Por eso siempre me ha parecido injusto que las argollas caviares y vargallosianas le hayan marginado de todo evento literario local o internacional, prefiriendo invitar a escritores muy inferiores a él, como Renato Cisneros, Tola o Jeremías Gamboa.