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Redacción PERÚ21

redaccionp21@peru21.pe

En el distrito tacneño donde en el año 2000 estaban acantonadas diferentes unidades de nuestro Ejército, el teniente coronel EP Ollanta Humala tenía a su cargo una batería antiaérea cuando el 14 de setiembre de ese año fue transmitido un video donde se mostraba al entonces asesor Vladimiro Montesinos entregándole 15 mil dólares al electo congresista Alberto Kouri, de Perú Posible, por apoyar al fujimorismo; el escándalo fue mayúsculo.

En la noche del 17 de setiembre, Alberto Fujimori dio un mensaje a la nación; reconocía la crisis, "desactivaba" el Servicio de Inteligencia Nacional (SIN) de Montesinos y convocaba a elecciones generales para el año siguiente en las cuales no sería candidato. La población salió a las calles a festejar un triunfo que lo consideraban suyo, caravanas de vehículos tocaban bocina como si el Perú se hubiera clasificado al Mundial. La Organización de Estados Americanos (OEA) formó una comisión especial para programar el tránsito político, pero la movilización popular exigía ya el fin del gobierno.

El 29 de octubre, Montesinos huía del país en el velero Karisma y Ollanta Humala, con los 57 soldados a su mando, salía del cuartel con el pretexto de entrenamiento en una "marcha de campaña", aunque era un orquestado plan familiar.

Incorporado Antauro Humala a la marcha, se convoca a la tropa a rebelarse contra el gobierno y la cúpula militar. Permanecen siete horas en Toquepala y Ollanta lee su mensaje transmitido por RPP; solo 19 soldados los acompañan. Pasadas las 72 horas, Ollanta Humala se ocultó con tres soldados en una casa de Tacna y Antauro siguió en una rara marcha con un grupo de reservistas. El Ejército no los confrontó, nadie salió herido y, después de la renuncia por fax de Fujimori el 19 de noviembre, el Congreso designó a Valentín Paniagua (Acción Popular) como nuevo presidente y tuvieron que entregarse los hermanos Humala dando fin a la llamada gesta etno-nacionalista.