"¿Consuelo de tontos? Los incentivos (perversos) alinean al Congreso a un cortoplacismo destructivo".
"¿Consuelo de tontos? Los incentivos (perversos) alinean al Congreso a un cortoplacismo destructivo".

Todo mal con el Congreso: por lo que aprueba (taxis colectivos, retiros de AFP) y por lo que omite (reforma política, declaración de intereses). El historiador holandés Rutger Bregman prevé el fin de la era neoliberal. El populista finlandés Timo Soini declara al Financial Times que la pandemia favorecerá al populismo.

¿Consuelo de tontos? Los incentivos (perversos) alinean al Congreso a un cortoplacismo destructivo. ¿A quién se le ocurre tener un Congreso con mandato menor a un año y medio, sin reelección? Al Perú, instigado por su presidente. Si bien el plazo es producto de la disolución del Parlamento, las decisiones de Estado deben verse en conjunto, no aisladamente. El coctel no-reelección, mandato corto, pseudo partidos vientres de alquiler, Ejecutivo sin bancada y pandemia más cuarentena es una bomba de tiempo. No se puede culpar al Gobierno por todos los factores, pero varios le son atribuibles. Salvo el virus, los otros conforman un tejido de fallas institucionales que la clase dirigente viene tolerando por años.

Siempre me pareció una ingenuidad confiar en el liberalismo económico sin institucionalidad política. A mis amigos Andrea Stiglich y Carlos Ganoza casi los crucifican por afirmar que “el Perú está calato” (vulnerable). Y ahora resulta obvio: no solo lo está por los servicios públicos (salud), sino en la sensatez económica. Hoy me parece que la capacidad del populismo cortoplacista para destruir lo poco bueno que tenemos es gigantesca.