Mochileros de los cinco continentes han estado en Perú incrementado el turismo. (USI)
Mochileros de los cinco continentes han estado en Perú incrementado el turismo. (USI)

Ver a nuestra selección de vuelta en un mundial, luciendo buen fútbol, peleando cada pelota sin achicarse, ha sido un inmenso orgullo, pero, sobre todo, una gran lección. El ejemplo perfecto de que cuando hay compromiso, trabajo en equipo y un sólido plan, los sueños se concretan.

En el caso del turismo, aplica la misma fórmula. Igual como llevamos al Perú al Mundial, también podemos llevarlo –debemos– a grandes ligas del turismo.

La comparación no es antojadiza. Si de un lado tenemos jugadores talentosos, del otro contamos con atractivos turísticos maravillosos. Si para el sueño mundialista, futbolistas, cuerpo técnico, dirigentes e hinchas se comprometieron al 100%, en el turismo, gobierno central, gobiernos regionales y locales, Poder Legislativo y empresariado están consagrados a impulsar el sector. Si la selección contó con un plan de trabajo que guió el camino a Rusia, en el turismo también hay un plan de acción aprobado al más alto nivel que detalla los puntos neurálgicos para alcanzar la meta de recibir 7 millones de visitantes anuales, generando US$7 billones. Sin embargo, mientras que el proyecto futbolero avanzó sin ruidos ni distracciones, el proyecto Perú 7MM no se ejecuta a la velocidad requerida.

Aún no crecemos a dos dígitos, como el país exige. Todavía existe una brecha de infraestructura grande, pero las acciones a tomar están claramente definidas e identificadas. Lo que nos falta es sentido de urgencia. Meternos todos a la cancha, sector público y privado, como un equipo, con la misma entrega de nuestra selección, para sacar adelante este sueño. ¡Claro que se puede!

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