[Opinión] Liz Reyes: Volver al futuro. (ARCHIVO HISTÓRICO GEC)
[Opinión] Liz Reyes: Volver al futuro. (ARCHIVO HISTÓRICO GEC)

No todos vivieron esos tiempos de angustia subversiva, el sálvese quien pueda, donde la paz era cosa de otros países. No todos vivieron el tiempo de las largas colas, de la escasez constante, de los niños pidiendo leche y de los padres impotentes al no encontrarla, no todos vivieron la devaluación de la moneda en que de pronto podías quedarte, literalmente, con una bolsa llena de billetes inservibles, billetes que hace un tiempo eran tu sustento y de pronto, como por arte de magia, quedaban anulados. Los años 80 y los 90 llenos de experiencias que muchos dejaron atrás para vivir los nuevos tiempos, con la esperanza de que los nuevos líderes con las nuevas gestiones puedan beneficiar a más peruanos, luego de tantas vivencias, para muchos, traumáticas.

Llegaron entonces aquellos líderes vestidos de todas las sangres. Los tuvimos mestizos, cholos, gringos, pero ninguno de ellos logró abastecer y atender a aquellos peruanos que no veían el crecimiento macroeconómico, solo sentían el hambre y que no entendían las famosas buenas noticias del crecimiento.

¿A dónde llegaba el dinero de los peruanos y cómo manejaban los ingresos de las grandes mineras, de las corporaciones? Toda esa angustia fue llenando de enojo a muchos sectores del país, porque, por muchas razones, viven creyendo que siempre tienen que darles y el Gobierno tiene que ser eficiente y hacer su tarea haciendo que los recursos alcancen para todos, y buscar la forma de generar desarrollo para lograr mayor bienestar.

Quizás los peruanos hemos estado viviendo sin vigilar a nuestros servidores de la patria, los hemos dejado a su libre albedrío, gestionando los tributos de personas y empresas como mejor han considerado. Unos lo hicieron bien, otros, muy mal, y estos últimos son los que dejaron que el enojo y la tristeza obnubile a muchos peruanos, a tal punto que creyeron que sería suficiente que el nuevo líder tenga el síntoma para preparar la medicina. Sin darse cuenta de que eso puede ser un experimento que puede salir muy caro.

Creo que la lección ya fue dada. Nunca el país estuvo tan vigilante como ahora, cuando está en juego la libertad, hasta del mismo mercado; como cuando se discuten leyes sobre controles de precio, que solo generan más escasez y mercados negros.

Ojalá podamos estar más atentos y vigilantes, menos defensores zombies, menos fanatismo político, más pensantes en lo que hace bien al país: ¿para qué repetir recetas del pasado?, ¿para qué regresar al pasado? Es hora de que volvamos al futuro. Nos vemos esta semana en el programa Dinero ConSentido.


TAGS RELACIONADOS