:quality(75)/cloudfront-us-east-1.images.arcpublishing.com/elcomercio/G36J3WO5FVHDLMG7QZENUR4YXA.jpeg)
Los mensajes presidenciales tienen una falla de origen al entenderse como una exposición detallada de la situación del país, lo que hace que terminen siendo una larga lista de mercado. Apiñan menestras, frutas, verduras, condimentos y productos de limpieza, como si todo fuese igual de importante. Por abarcar lo máximo posible, suele quedar la sensación de superficialidad e insuficiencia. Todo es tan amplio que un discurso nunca será suficiente. El mensaje de 28 debería tener otro formato, más orientado a los grandes temas y unas cuantas pepas, mientras que el “detalle” sectorial lo podría dar luego cada ministro y estar colgado en una web pública.
Hay pepas de ayer, sin embargo, que merecen atención. La aprobación de un segundo bono de S/760 para más de 8 millones de familias y la pensión de orfandad por S/200 mensuales para los niños que perdieron a sus padres son dos temas que traerán alivio inmediato. Igual, queda la duda de si el gobierno habrá sabido mejorar la focalización y los mecanismos de entrega que tanto fallaron con el primer bono. Otra pepa es el incremento en 100% del presupuesto para el sector Salud. Eso suena refrescante luego de décadas de abandono, pero, ¿existe capacidad de gestión y ejecución para un incremento tan agresivo? Si no pueden gastar lo que tienen ahora, ¿no sería mejor un incremento progresivo?
Otros temas dejaron más dudas que certezas. ¿Cómo se unificará el sistema de salud pública cuando Essalud se financia mediante aportes directos de los trabajadores? Lo mismo con la titulación masiva. Sin una política de vivienda, ¿qué calidad de vivienda aseguramos?
Finalmente, Pacto Perú puede entenderse como un llamado a la tregua para el último año, pero suena a puro humo. ¿Quiénes se sentarían ahí? Ya tenemos el Acuerdo Nacional y miren lo poco que ha servido. Mantener controlada la conflictividad ya sería un buen logro.