[Opinión] Gino Pomar: La liga rota

Hace tres semanas decíamos que las casas de apuestas deportivas podrían acondicionar sus opciones a qué partidos se juegan y cuáles no. Ahora, además, creemos que bien harían en considerar la pregunta de cuáles cotejos dejarán de jugarse por walkover y cuáles serán suspendidos. Sin agregar las alternativas de qué encuentros se transmitirán por televisión y en cuál de ellos se podrá asistir al estadio. Un abanico de contrasentidos que nos regala nuestro singular, inigualable y devaluado torneo.

Este domingo asistimos al programa Tierra Adentro de ATV+ conducido por el destacado comunicador Óscar Díaz. No siendo estrictamente un programa deportivo, Óscar y su equipo de producción sabían que la lamentable situación por la que atraviesa el fútbol tendría alcances y efectos en la industria de este deporte. Entonces, compartimos la idea de que no solo se está matando al fútbol, sino que se está alejando a todo aquel que sume al bienestar de ello: sponsors e inversionistas. Pero, sobre todo, al fiel aficionado, al que paga por ver, al que se le pide cada semana el aliento.

El fin de semana la Liga 1 nos dejó tres partidos suspendidos, sumándose a los tres walkover iniciales y a un largo y penoso etcétera. Alianza no jugó y se quedó sin inaugurar su nueva luz en su estadio, Binacional no se enfrentó a Cristal y Melgar tampoco recibió en su cancha al Boys. Ninguno aceptó abrir sus puertas a las cámaras de 1190 Sports para las transmisiones; valiéndose, según dicen, de sus contratos vigentes con el Consorcio Fútbol Perú. Un lío de nunca acabar.

La ‘U’ sí jugó, pero igual perdió. Van tres derrotas seguidas y poco fútbol. Las contrataciones no dan pie con bola y el técnico Carlos Compagnucci no encuentra el equipo, ¿lo hará?, ¿comenzará a ganar antes de que le pidan dejar el puesto?, se le acaba el poco crédito al argentino. Hoy Mannucci y Garcilaso están arriba –aunque en una tabla que se presta poco para el análisis serio por lo irregular del torneo–, aunque el gran reto será mantener esas posiciones a lo largo del año.

Solo queda que los involucrados en el laberinto por los derechos audiovisuales –FPF y clubes– entiendan que con su intransigencia serán los verdaderos culpables de la gran debacle del fútbol peruano. Resuelvan el tema con decisión e inteligencia y no sean los verdugos de esta triste novela.

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