(Foto: Archivo/ GEC)
(Foto: Archivo/ GEC)

Una modesta pero extendida alarma ha causado la nueva disposición que permite que la Sunat pueda acceder a la información de las cuentas de depósito de los contribuyentes, si estas tienen 10 mil soles o más, y que las entidades financieras –bancos principalmente– estarán obligadas a reportar tales datos mensualmente.

La principal objeción es que la norma viola el secreto bancario y la reserva tributaria, que según la Constitución solo pueden levantarse “a pedido del juez, del fiscal de la Nación, o de una comisión investigadora del Congreso con arreglo a ley y siempre que se refieran al caso investigado”. Con lo cual, desde su misma concepción, ya plantea una controversia que seguramente el Tribunal Constitucional terminará dirimiendo

El segundo tema, no menos urticante, es uno que atañe a la seguridad de los datos que obtendrá la entidad tributaria, pues en un mundo cada vez más tentador para los crímenes informáticos, se tendrían que establecer una serie de garantías de que la información cruzada no tenga posibilidad de quedar expuesta a eventuales hackeos y robos o, de manera más indirecta, tortuosa, al alcance de extorsiones financieras o políticas. La Sunat, el Ministerio de Economía y Finanzas, las divisiones especializadas de la PNP deberán trabajar seriamente para demostrar que se tomarán medidas adecuadas para proteger esta data.

Sabemos que, con los elevadísimos índices de evasión fiscal en el país, se necesitan implementar medidas duras. Pero lo que se teme es que, lejos de ensanchar la famosa base tributaria nacional, la quincha caiga, como siempre, sobre los contribuyentes de a pie. Para los grandes evasores, la salida fácil será mantener el íntegro de sus negocios en la informalidad, pero esta vez arrastrando hacia esa misma práctica a los ciudadanos que, en poca o en gran medida, dependan de esas actividades económicas informales como fuente de ingresos. Más aún en estos tiempos de pandemia, desempleo, quiebre de empresas y crisis económica, que obligan a las familias peruanas a agarrarse de lo que puedan para lograr su subsistencia.

No son pocos los tributaristas que han expresado preocupaciones y dudas similares. Corresponde al MEF, a la Sunat, comenzar a disiparlas.

TAGS RELACIONADOS