Se realizarán obras en cinco sedes para los Juegos Panamericanos y Parapanamericanos. (Foto: IPD)
Se realizarán obras en cinco sedes para los Juegos Panamericanos y Parapanamericanos. (Foto: IPD)

Los Panamericanos 2019 nos han convertido en el epicentro deportivo de la región. Regalándonos emoción, récords, medallas, pero, además, dejándonos infraestructura de primer nivel. Finalizado el certamen, las obras permanecerán como un legado, permitiendo que sigamos albergando futuras competencias internacionales.

Para darnos una idea del potencial, se estima que en esta edición nos han visitado 70,000 personas, que gastarán durante su estadía alrededor de US$200 millones. Porque quien acude a un evento deportivo no se la pasa metido en un estadio, sino que invierte en transporte, alojamiento, restaurantes, comercios. La oportunidad de seguir generando divisas está servida.

¿Por qué resaltar esto ahora, en plena efervescencia de los Juegos? Simple, para evitar que pasada la euforia, la infraestructura quede relegada y desaprovechada. Como lamentablemente sucedió con el Centro de Convenciones de Lima, construido para la reunión del Banco Mundial de octubre 2015, por un costo de S/535 millones. Terminada la cumbre, quedó en el limbo. Según informó el Ministerio de Vivienda al diario Gestión, el recinto tiene apenas 30% de operatividad. ¡Van casi cuatro años y nadie se hace cargo del elefante blanco!

Las grandes convenciones duran en promedio 3-4 días. Sus asistentes gastan aproximadamente US$450 diarios. Calculen el impacto que tendría hacer un evento al mes, en un local con capacidad para 10,000 personas. ¡Tremenda inyección de divisas que desperdiciamos por pura inoperancia!

La infraestructura para organizar megaeventos ya la tenemos. Solo nos falta visión y decisión. No perdamos más tiempo, es hora de que las autoridades coloquen a Lima en el podio de las ciudades top para eventos.

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