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Redacción PERÚ21

redaccionp21@peru21.pe

arielsegal@hotmail.com

El gran deterioro que padece Venezuela en los últimos meses no es responsabilidad única de los mediocres gobernantes actuales: el trío Nicolás Maduro, Diosdado Cabello y Rafael Ramírez, quien desfalcó a la industria petrolera venezolana durante años de (indi)gestión, (además de encargarse de la macroeconomía desde el año 2002), sino, sobre todo, consecuencia de la herencia trasnochada política y económica de Hugo Chávez que entregó la soberanía venezolana al régimen totalitario cubano.

Durante la década de mayor ingreso petrolero de la historia de Venezuela, Chávez tuvo "la habilidad" de hacer que su país, en lugar de convertirse en una potencia industrial y agrícola, esté al borde del abismo económico. Su régimen malgastó las reservas internacionales con regalos a otros países, proyectos delirantes, ampliación del sector público a niveles nunca vistos y un gasto social que en lugar de educar a las clases bajas para el trabajo les hizo ser dependientes de dádivas del Estado.

También se superó a toda gestión pasada en niveles de corrupción y gasto en armas. El finado mandatario demostró su falta de escrúpulos al presentarse a una reelección, a expensas del tesoro nacional, a sabiendas que su tiempo de vida expiraba.

Chávez fomentó odio con su discurso y creó grupos paramilitares de choque. Ahora, el gobierno de Nicolás Maduro no logra desarmar a estos 'colectivos' que, ante la falta de dinero estatal, se dedican al crimen organizado haciendo que Venezuela sea uno de los países con más muertes violentas en el mundo. Maduro es ineficiente, pero Chávez sembró la división, la crisis económica y la violencia que desangra a lo que, erase una vez, fue una Venezuela independiente.