Lavada de cerebro
Lavada de cerebro

Le pregunto a una chica de 34 años de dónde hay tanto antifujimorismo en su generación si ellos no vivieron esos años. “Es por la universidad. Ojo que no estudié en la típica universidad caviar o roja, esas donde el antifujimorismo es una religión que les inoculan a todos los estudiantes hasta ahora y desde que entran, sino en la UPC, allá por el 2006, y allí también era una cosa machacona con Fujimori. Tocaban el tema a cada rato y siempre, siempre en términos negativos. No le reconocían nada, pero nada bueno. Y si se lo reconocían, lo bajaban. Que sí, que acabó con el terrorismo, pero él no tuvo nada que ver con la captura de Abimael. Que sí, que él organizó el rescate de la Embajada de Japón, pero después mataron a algunos prisioneros. Que sí, que él arregló la economía, pero que eso era el plan de Vargas Llosa. Que sí, que mejoraron muchos los servicios públicos con las privatizaciones, pero despidieron gente. Que sí, que había progreso, pero era neoliberal. Que sí, que se firmó la paz con Ecuador, pero hubo robos en las armas. Que sí, que era muy popular, pero porque regalaba cosas y usaba psicosociales. Que sí, que el país estaba tranquilo, pero eso era por la represión disimulada. Que sí, que hacía muchos colegios, pero después se caían. Siempre había un ‘pero’ y eso en las muy pocas veces que decían algo bueno de su gobierno. No sé ahora, pero en esa época todo el día nos hablaban de la Comisión de la Verdad. Parecía que Fujimori no había hecho nada positivo. Mis amigos de la de Lima y de la Pacífico me decían que era igual allí. Entonces, ha habido una lavada de cerebro fuerte con nosotros. Como la gente de mi edad no lee nada y es intelectualmente muy pasiva o sigue modas, se lo cree todo, a menos que conversase con sus viejos. Me imagino que sería porque casi todos los profesores de sociales de las universidades privadas son rojos”.

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