Lava Jato sigue, igual que casi todo. (REUTERS)
Lava Jato sigue, igual que casi todo. (REUTERS)

Tres ex presidentes de la República habrían recibido coimas del gobierno y constructoras brasileños. El presidente, una ex alcaldesa y una candidata presidencial, en financiamiento de campaña. El alcalde, que ya ni hace obra, solamente habría usado otras fuentes de financiamiento. No nos confundamos. Gobernadores, alcaldes, ministros y otros funcionarios engrosan esta lista infame.

Todos actuaron de una manera cuestionable moralmente. Mucha gente no distingue. Pero hay que distinguir. PPK no es Alan, Susana no es Keiko, aunque se le parece mucho en lo que a Lava Jato se refiere.

La incapacidad política del Gobierno es flagrante. El comentario de la piedra en el zapato no fue usado. La carta que enviaron los expuso, en vez de esperar para luego contestar. Palacio insiste en que fue Sepúlveda, cuando la distinción ética es palmaria. Coimear para que te asignen obras groseramente ineficientes no es igual que recibir financiamiento, también, o asesorar.

El Gobierno es una madeja de lana con la que juegan apristas y fujis.

Para reducir esta presión, debieron actuar con eficiencia para recuperar activos. El allanamiento reciente de inmuebles de la Fiscalía parece una broma. Nunca contrataron a un estudio de abogados, ni a un banco de inversión. Estas entidades recuperan activos todos los días. Acá nadie quiere firmar ni hacer nada. La venta de Chaglla sigue trancada, por ejemplo.

Algunos de FP creen que José Graña influyó en EC, lo cual les costó la elección. Su venganza es carísima. No se pone en riesgo el futuro de empresas para cobrarles. Se les deja seguir operando para que paguen en parte.

El Gobierno pudo liberar presión haciendo un trabajo eficiente recuperando el costo social de la corrupción. PPK es el peruano que más sabe de esto. Es un síntoma de la inoperancia del Gobierno que no hayan liberado presión por esta válvula al menos.

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