En octubre del año pasado, alerté en esta columna sobre la crítica situación de la salud mental entre niños, niñas y adolescentes. Lamentablemente, poco ha mejorado. Hoy, debo insistir y hacer énfasis en los estudiantes universitarios. Según un estudio del Consorcio de Universidades (2021), 72% de los estudiantes reporta al menos un problema de salud mental, 39% presenta ansiedad, depresión o estrés en niveles severos o extremadamente severos, y el 64% reporta algún indicador de riesgo suicida.
Lo digital, que a menudo es culpado por contribuir al estrés y la ansiedad, puede contribuir significativamente al bienestar de sus usuarios. Una de las soluciones más inmediatas y efectivas es la telepsicología.
La telepsicología se debe integrar a otros servicios como son el contenido de autoayuda, las comunidades en línea, cursos y la inteligencia artificial. Las universidades pueden ofrecer estos servicios a sus estudiantes y sus familias, promoviendo así un acceso más amplio y equitativo a la atención mental y el bienestar. Se trata de ofrecer un espacio seguro para que los estudiantes compartan sus experiencias y se apoyen mutuamente, pero que también puedan aprender a manejar el estrés, la ansiedad, la gestión del tiempo y cómo obtener el equilibrio entre la vida académica y personal. Estos sistemas pueden ser una primera línea de apoyo crucial en momentos de crisis.
La integración de herramientas digitales en los servicios de salud mental no es una opción, sino una necesidad imperativa. Las universidades deben actuar con urgencia para implementar estas soluciones digitales.
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