La sobrecarga de Muñoz
La sobrecarga de Muñoz

En 2018, la capital del Perú fue la tercera ciudad con más tráfico del mundo (Forbes), en la cual un limeño promedio pierde casi 20 días de su vida al año atrapado en el transporte público, según la Fundación Transitemos.

En este contexto, a 50 días de la implementación del plan ‘pico y placa’ para los vehículos particulares, el burgomaestre de Lima anunció la extensión de dicho programa a aquellos camiones con más de 6.5 toneladas de peso.

Si bien esta medida podría generar algunos beneficios en el corto plazo, es importante considerar que la evidencia internacional sugiere que la restricción horaria de tránsito para vehículos de transporte de carga también puede generar efectos adversos en el mediano y largo plazo.

Por ejemplo, en Manila y Corea del Sur se impuso una restricción similar a la de Muñoz, lo cual generó una reducción de hasta un 50% en la productividad del sector transporte de carga, así como un aumento del 15% en la probabilidad de accidentes nocturnos (NEDA, 1981).

Además, se detectó que las empresas de transporte se adaptaron a la regulación y modificaron sus flotas de camiones por vehículos más ligeros –aproximadamente 2.5 toneladas– para seguir usando las mismas vías (Kuse & Castro, 2005). Otro ejemplo es el de Santiago de Chile, donde se detectó que la principal causa de congestión generada por camiones se debía a la falta de lugares para operaciones de carga y descarga, ya que estas se realizan en la vía pública (Díaz et al, 2003).

Si bien Muñoz tiene buenas intenciones al abordar un problema gravísimo, haría bien en presentar –con la debida anticipación, para debatir– cuál es su diagnóstico sobre esta problemática y qué otras medidas no paliativas pretende implementar.

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