(GEC)
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Las periodistas Gloria Ziegler y Mirelis Morales Tovar publicaron una premiada investigación en el portal Ojo Público que todos deberían revisar, especialmente los candidatos que dicen que se harán cargo de los verdaderos problemas de nuestro país.

La investigación revela cómo, para más de 700 mil personas en Lima y el Callao, el agua potable es 10 veces más cara que la que provee la red de Sedapal. Como depende de aguateros, el precio no está regulado y es tan cara que, cuando se consigue, se guarda bajo llave. No hay ninguna fiscalización y nadie le presta atención a este asunto central. Con frecuencia se trata de agua sucia, cargada de bacterias fecales porque son casi inexistentes los controles sanitarios a los camiones cisterna que la trasladan. No es difícil imaginar las consecuencias que acarrea esta situación para la salud de quienes no tienen otra opción.

Sobre estos temas me gustaría escuchar a los candidatos y políticos que pierden su tiempo enfrascados en “el narcisismo de las pequeñas diferencias”, ávidos de ganar batallas diminutas, saboteando el objetivo principal que se supone que los inspira a entrar en política: mejorar la calidad de vida de la gente. ¿Qué pocas cosas tan importantes como el acceso al agua potable?

La malversación de fondos ha sido una práctica común en proyectos de agua potable. La investigación de Ziegler y Morales recuerda los problemas de la planta de tratamiento de Huachipa y también los hallazgos del trabajo que hizo Sergio Tejada en el Congreso, donde reveló cientos de irregularidades en el Proyecto Agua Para Todos. Lima es una ciudad sedienta porque la vieja política se alió para cerrar el caño.

Hablando de Tejada, hay rumores de que iría en la plancha de Verónika Mendoza, en una fórmula joven capaz de sacar el debate del centrismo donde está ubicado el pelotón electoral. Si eso no ocurre, igual sería bueno verlo de vuelta en el Congreso.