[OPINIÓN] Richard Arce: “La paradoja de la tolerancia”
[OPINIÓN] Richard Arce: “La paradoja de la tolerancia”

Se tiene que entender claramente que en una sociedad democrática no se puede ser tolerante con grupos intolerantes —parece redundante—, por más buena voluntad que pueda haber de parte del interlocutor, porque estaríamos dejando que se legitimen grupos radicales, sabiendo inclusive que estos sectores actúan con violencia contra sus opositores y disidentes.

La historia contemporánea de la humanidad nos ha mostrado el accionar de grupos radicales y no podemos caer en el juego de la tolerancia ilimitada, porque han sido estos grupos radicalizados los que se aprovecharon de la “tolerancia” para después imponer posiciones, desde los nazis, los comunistas de Mao o Stalin hasta regímenes criminales como el de Pol Pot, en Camboya, o Enver Hoxha, en Albania.

El filósofo Karl Popper escribió en su obra La sociedad abierta y sus enemigos de 1945, la tesis de la paradoja de la tolerancia, donde explica que la tolerancia ilimitada puede conducir a la destrucción de la propia tolerancia y de la sociedad abierta.

La paradoja de la tolerancia se basa en la idea de que si somos totalmente tolerantes con todas las opiniones y puntos de vista, incluso con aquellos que son intolerantes y buscan suprimir a los demás, entonces la sociedad se volverá vulnerable y correrá el riesgo de ser dominada por aquellos que no respetan la tolerancia y los derechos de los demás.

Y es lo que sucede en nuestro país con grupos radicales que se han manifestado con violencia, como Sendero Luminoso y sus acciones demenciales, al que en su momento la propia izquierda mencionaba como “compañeros equivocados” e inclusive Alan García resaltaba la mística de los senderistas.

El Movadef y los rezagos de estas mentes criminales están todavía infiltrándose en movilizaciones sociales, como se dio a inicio de año y probablemente suceda el próximo 19 de julio, así que no podemos permitirles tener ningún espacio; están proscritos.

La misma posición de sanción se debe dar con grupos violentos como la llamada ‘Pestilencia’, que esta semana el propio Ministerio de Cultura tuvo el error de recibir, cuando son gente que no razona y solo agrede al adversario o simplemente a aquel que disienta con su posición. Son intolerantes.