La receta conocida
La receta conocida

Esta semana recibíamos una noticia sobrecogedora. Argentina y Venezuela mostraban las tasas de pobreza más impactantes en plena pandemia. Cuatro de cada 10 argentinos y nueve de cada 10 venezolanos están en situación de pobreza.

No se necesita ser un erudito para entender por qué la COVID-19 ha castigado a estos países de forma tan severa a pesar de sus ingentes recursos. Se trata de sociedades que entraron a la pandemia muy vulnerables, carcomidas por el populismo, la insensatez y la mediocridad de sus gobernantes.

Estos países optaron por paralizar la economía de forma brutal como único recurso para compensar la falta de previsión y de estrategia de su equipo de gobierno.

En el Perú hemos contado con reservas, pero repartir las joyas de la abuela no ha sido suficiente. El cierre de la economía “a la argentina” nos ha pasado factura. Se estima que más de 6 millones de personas han perdido el empleo y quizá, al final de la pandemia, la tercera parte de nuestra población será nuevamente pobre.

No existe forma de vencer la pobreza sin crecimiento económico y empleo productivo. La receta es conocida: ¡generar riqueza!

Este gobierno no puede esperar a que la recuperación la trabaje el que sigue; cada día es crucial para evitar una debacle mayor.

¡A mejorar la eficiencia del Estado ahora! Racionalizar y reenfocar el gasto público. Eliminar gastos superfluos, recortar asesorías y publicidad estatal, menos burocracia, mejores servicios, reactivar obras de infraestructura en salud, educación y TI.

Quitar las trabas a la inversión privada, flexibilidad para contratar, no más “regalos fiscales”, no más populismo y disponer medidas para estimular la iniciativa privada.

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