Este año, en una visita que hicimos a la India, vimos cómo las empresas educativas recolectan grandes cantidades de datos cuando se da el aprendizaje y elaboran varias formas en las que un alumno puede aprender un concepto. Para algunas personas que son más visuales es más simple aprender en base a gráficos, para otras, en forma numérica y hay quienes prefieren de forma descriptiva. Sin embargo, en la educación tradicional a todos se les enseña por igual, con lo que se obtienen varios niveles de resultados. Esto produce la impresión de que algunos son más inteligentes o que aprenden más, pero no necesariamente es así. Cada uno tiene una forma de aprender y los sistemas educativos deben considerar estas diferencias. Y es aquí donde las nuevas tecnologías podrían permitir la personalización de la educación. Así como en la India hacen esfuerzos para desarrollar sistemas que permitan a los alumnos elegir la mejor manera de aprender una materia, en concordancia con sus propias capacidades, en China también se hacen esfuerzos por personalizar la educación con base en la tecnología. Esto es solo el comienzo de una verdadera revolución educativa.