Pablo de la Flor acudió a la comisión multipartidaria del Congreso. (Geraldo Caso)
Pablo de la Flor acudió a la comisión multipartidaria del Congreso. (Geraldo Caso)

Los desastres naturales que azotaron al Perú en marzo y abril de este año dejaron un saldo inmenso de pérdida de vidas, damnificados y de activos por reconstruir; según la oficina de la Reconstrucción con Cambios (RCC), será no menos de 25,000 millones de soles (de los cuales, el 75%, aproximadamente, será destinado a reconstrucción y 25% a prevención de futuros desastres). Es un monto muy importante para un país de ingresos medios como el nuestro, razón por la cual es imperativo que el gasto y la inversión lleguen cuanto antes, pero que, sobre todo, se ejecuten bien.

Muchos han criticado los avances de la oficina de la RCC, pero no podemos dejar de resaltar dos grandes aportes de la gestión de Pablo de la Flor: el primero es que deja un diagnóstico amplio y profundo del problema y de lo que se debe hacer para solucionarlo; en segundo lugar, que ya se está trabajando en ello (se transfirieron cerca de 2,000 millones de soles y se están por desembolsar otros tantos).

Por supuesto, queda mucho por hacer. Es obvio, además, que en circunstancias tan críticas como las que vivió el norte del país la ciudadanía espera el despliegue inmediato del Estado en la zona por la falta de alimentos, agua y medicinas, el colapso generalizado de la infraestructura, la pérdida de oportunidades, trabajo e inversiones, etc.

El problema principal de la RCC fue de diseño: el Gobierno Central nombró a un responsable, pero sin atribuciones legales. Ahora es imperativo reconstruir, ya que estamos a pocos meses de la época de lluvias, y para ello se necesita avanzar de manera coordinada. Acelerar el ritmo de reconstrucción requiere, además, de una serie de colaboraciones (Gobierno Central con gobiernos regionales y locales, así como el Legislativo), y estas no se producirán si la clase política no encuentra –en esta crisis– oportunidades para ganar adherentes. Hoy hay que ponerse la camiseta del Perú, ¡el norte no puede esperar!