La época del terrorismo en nuestro país dejó miles de muertos. (Foto: Dincote)
La época del terrorismo en nuestro país dejó miles de muertos. (Foto: Dincote)

Ayer, en “¿Queremos un ‘Che’ Guzmán?”, me preguntaba si, a sabiendas de cómo estamos actuando frente a Sendero Luminoso y el terrorismo en general, no estaremos lamentablemente haciendo lo mismo que se hizo con el ‘Che’ Guevara, con lo cual pronto veremos polos, pósters, cuadros, canciones y otras formas de minimizar o negar el horror y el desastre vividos.

Pues bien, ocurrió lo que (me temía) podía ocurrir. Los mayores, adultos que vivieron y recuerdan los años teñidos de sangre por Sendero Luminoso, agradecieron la columna, pidieron mayor difusión, incluso exigieron informes que precisen las cifras, señalando a los culpables, y así. Pero en las redes, donde los jóvenes son mayoría, fue al revés: se burlaron del artículo, criticaron nimiedades, minimizaban la actividad y potencial acción futura del grupo terrorista, y otras muestras de desprecio a lo que, sin duda para muchos, es y será un problema.

En resumen, quienes escucharon las bombas, vieron la sangre y los muertos, se bañaron con balde y estudiaron con vela, entendieron el mensaje. Los que crecieron escuchando hablar del “conflicto armado” y leyendo a intelectuales o escuchando a profesores hablando de “terrorismo de Estado”, pues se ríen, creen que exageramos, que somos macartistas, que es oportunismo ideológico o, peor aún, parte de un complot fujimorista.

Y es que, claro, explicarle a un joven lo que fueron los años del terror senderista no es tarea fácil: puedes describir la explosión de un coche bomba, pero nada se asemeja a escucharlo y sentir el estruendo, el temblor, los gritos, y luego ver la cara de la muerte; puedes dar cifras, recordar los asesinatos, los secuestros, y puedes contar cómo era vivir en apagones y cómo te bañabas con balde. Pero nada, nada, será igual a vivirlo.
Ahora, si encima de esto tenemos que lidiar con adultos que se ríen, se burlan, minimizan el pasado y el problema, equiparan al Estado con esa recua sanguinaria y criminal, pues estamos jodidos. Muy jodidos.