Donald Trump y Kim Jong-un en su propia guerra verbal.
Donald Trump y Kim Jong-un en su propia guerra verbal.

La escalada de insultos y amenazas entre los gobiernos de Estados Unidos y Corea del Norte ha dejado de ser una broma hace mucho. Durante las últimas décadas, Corea del Norte ha sido un paria internacional, un país empobrecido por sus políticas socialistas, donde los ciudadanos viven enjaulados y embrutecidos por una propaganda nacionalista, bastión de una dinastía de lunáticos, el último de ellos (Kim Jong-un) salido de una película de terror.

Parecía imposible que algún día la amenaza nuclear de Corea del Norte llegara a realizarse, pero ocurrió. Y parecía aún más imposible que algún día los niveles de histrionismo retórico del líder norcoreano sean sobrepasados por algún líder global, y también ocurrió.

Solo el presidente Donald Trump era capaz de caer en la treta norcoreana, conocida por escalar las tensiones en la búsqueda de dos cosas: notoriedad y prebendas internacionales, así como respeto y miedo local. El martes, Trump amenazó con la “destrucción total” del país-cárcel y, el jueves, en el marco de la asamblea de las Naciones Unidas, anunció nuevas sanciones a ese régimen y volvió a atacar al psicópata al mando del poderío militar norcoreano.

Por supuesto, la respuesta no se hizo esperar. “Domesticaré con fuego al viejo estadounidense mentalmente trastornado”, sostuvo ayer Kim Jong-un, el “brillante camarada”. Y bueno, es increíble constatar que el presidente estadounidense, líder la primera potencia mundial, es incapaz de mantener la ecuanimidad a sabiendas de los delirios norcoreanos, pero hoy con capacidad nuclear. Léase que en horas el mundo puede pasar a una guerra de calidad nuclear, donde los aliados históricos del mundo occidental en Asia (Japón y Corea del Sur, principalmente) se encuentran en rango de impacto.

El nivel de irresponsabilidad del presidente Trump puede costarle al mundo millones de muertos y decenas de años de reconstrucción.Los analistas más importantes y mejor informados están aterrados. No es para menos: Corea del Norte ha incrementado su capacidad bélica y la demostración de su poder de manera impresionante. Ojalá no los veamos poniéndolas a prueba.

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