notitle
notitle

Uno. El día hoy, en Lima, se reunirá la mayoría de cancilleres de América para analizar la crisis política, económica y social que atraviesa Venezuela, así como para discutir la posibilidad de una serie de acciones conjuntas contra el régimen dictatorial de Nicolás Maduro. No deja de ser paradójico que fue aquí, en Lima, donde distintos jefes de Estado –encabezados por el ex presidente Ollanta Humala– validaron las discutidas elecciones con las que se hizo del poder en abril de 2013.

Ahora nos toca, pues, hacer cuentas con la historia. Pedirle disculpas, ante todo, al pueblo venezolano por no estar a la altura de las circunstancias cuando había espacio para actuar. De ahí, trabajar intensamente con nuestros pares a fin de lograr una serie de medidas que logren, por un lado, mandar un mensaje claro al sátrapa; pero, por el otro, poner en funcionamiento acciones que le hagan al régimen las cosas más difíciles, inclinando así la balanza al chavismo (a la espera de que, ojalá, no vean otra salida que la entrega –así sea negociada– del poder).

Dos. A la Sra. Nadine Heredia le esperarían hasta 15 años de prisión por el delito de lavado de activos. Por el momento, estará en prisión preventiva, alejada de sus tres hijos, confinada a una celda y con una calidad de vida dura y potencialmente riesgosa. Por otro lado, el proceso legal que seguirá será costoso; no es un tema menor, implica –en el tiempo que dure el proceso– recursos hasta millonarios. De paso, el colaborar podría beneficiarla en otros casos de corrupción que se presenten en el camino.

Todo lo anterior debería llevar a la Sra. Heredia a una simple conclusión: lo mejor que podría hacer es colaborar: confesar si participó en algunos de los delitos por los que se le acusa, entregar a los colaboradores y aceptar las penas. La Fiscalía señala a ambos como líderes de una organización criminal; ergo, existiría una larga lista de nombres y casos. Veamos cómo entiende su dilema de prisionero la ex primera dama.