Aráoz señala que (Renzo Salazat
Aráoz señala que (Renzo Salazat

Para efectos prácticos, este es un gobierno “de derecha”, sea lo que sea que ello significa. Cierto, la premier Aráoz ha reforzado el mensaje de la “revolución social”, pero, a menos que dichas palabras se conviertan en realidad (ya saben, “del dicho al hecho…”), pues la percepción ciudadana seguirá incólume en su juicio.

¿Hay algún problema con que sea este gobierno “de derecha”? Valgan verdades, no. Para el ciudadano, que tiene que trabajar, pagar cuentas y proveerles a los suyos, que un gobierno sea de izquierda o derecha le debería importar poco siempre y cuando existan –y así se perciba– oportunidades (puestos de trabajo, incrementos salariales, acceso a servicios médicos y educativos, y así) que mejoran en el tiempo la calidad de vida. Como decía Deng Xiaoping, no importa de qué color sea el gato mientras cace ratones.

Si el gobierno no lleva adelante las acciones que, hacia el final de su mandato, permitan a los ciudadanos asumir que el gobierno ppkausa fue, en esencia, bueno, positivo para sus agendas, pues dejará esa rancia sensación de “otro gobierno que pasa sin que nos beneficie”. Y aquí es donde juega la retórica en contra: cuando un gobierno de izquierda vende esa panacea de la “revolución social”, lo que normalmente sucede es que la calidad de vida de las clases medias y bajas se mantienen igual, pero se encarecen e incrementan los costos y regulaciones de las empresas (aquellas que deberían guiar el crecimiento que permita la redistribución prometida); el gobierno de Humala, con su “redistribuir para crecer”, es un magnífico ejemplo. No obstante, la retórica juega a su favor: que las empresas y las clases altas chillen es una prueba de esa “revolución social”, sin importar que no mejoren las oportunidades.

Pero cuando un gobierno de derecha ofrece un plan progresista, pues debe cumplir, y doble, tanto que no quede duda de ello (las clases medias y bajas no esperan que se cumpla con la promesa). Ojalá tengan en cuenta este inmenso reto en Palacio.