Un FODA para PPK

Son muchos los atributos positivos del presidente Kuczynski que lamentablemente –en mi opinión– no se han aprovechado a profundidad.

Para empezar, es una persona que conoce el Perú de arriba abajo, a nivel sectorial y en comparación con el plano global. Si alguien debería guiarnos hacia dónde debemos ir, cómo y por qué, pues es el popular PPK (quien lo hacía, hasta hace muy poco, en columnas radiales e impresas).

PPK sabía qué debíamos hacer, por qué y cuáles serían los impactos positivos de hacerlo; además, lo comunicaba bien, de una manera fácil y amena de entender. Pero una cosa es exponer como analista o ministro, y otra como presidente. La comunicación de PPK no es su fuerte, y no porque no sepa, sino porque comunica sobre hechos que se encuentran fuera de lo técnico (en el ámbito político), donde más importante que lo que se dice es cómo se dice.

Otro atributo importante de PPK es su imagen de técnico capaz y honesto. Lo primero ahora recae en su equipo; no es el presidente quien debe hoy llevar las riendas de un ministerio, ni siquiera del premierato, lo que obviamente lo saca de su zona de confort. Y sobre la honestidad y transparencia, pues qué podemos decir: nada que uno pueda, en buena onda, reconocerle será sostenible si él decide no acudir a una comisión que investiga el más grande caso de corrupción nacional e internacional en el que estemos envueltos.

Lamentablemente, las cualidades del mandatario no se aprecian ante dos realidades. Por un lado, no se aprovechan los atributos positivos (sus ideas de país, de largo plazo, etcétera) y, por otro, se levantan más bien fantasmas o se dejan de aclarar percepciones que minan su actuar (por ejemplo, la manera en que se expresa a veces, o sobre su ritmo de trabajo, entre otros).

Alguien debe pues hacer un análisis FODA de la persona y buscar cómo revertir esta situación. Al final, de eso se trata la política y, sobre todo, se tratará su legado como mandatario.