La izquierda y los chinos
La izquierda y los chinos

El 3 de octubre se cumplieron 52 años del golpe de Estado de Juan Velasco, quien instauró una dictadura que duraría 12 años. Aquella fecha conmemorativa del quebrantamiento de la democracia en 1968, lejos de ser condenada por la izquierda, como suele condenar el 5 de abril de Fujimori, fue aplaudida y justificada. Esto quiere decir que a un gran sector de la izquierda reaccionaria que se llena la boca hablando de democracia y condenando a Fujimori en realidad no le interesa la democracia, sino que el dictador de turno sea afín a ellos.

La izquierda es implacable al atacar a derechistas que defienden los golpes de Estado de Fujimori o Pinochet, y no olvidan mencionar las violaciones de DD.HH., o la supresión de la libertad de prensa que se cometieron durante esos regímenes. Pero lo que sorprende es que, cuando el dictador no es el Chino Fujimori, sino el Chino Velasco, omiten la masacre cometida por los Sinchis en la rebelión de Huanta, en la que asesinaron a 20 campesinos y estudiantes en 1969; la toma de control total de los medios de comunicación; la protesta de policías en 1975, en la que murieron 86 personas. Asimismo, recuerdan con orgullo la toma de la IPC, pero olvidan mencionar que los peruanos tuvieron que pagar una indemnización de 76 millones de dólares de la época por esa locura. Por último, no hay que olvidar que el dictador Velasco era un crítico acérrimo de Estados Unidos, pero cuando enfermó, no se fue a tratar a Cuba, sino al imperio yankee que tanto odiaba.

La mayoría de la izquierda reaccionaria no cree en la democracia como fin, sino como medio, y aquello lo demuestra divinizando a dictadores que violaron DD.HH. Por ello, hay que ser cuidadosos en las urnas de no entregarles el poder a quienes dudarían en devolverlo, ya sean de izquierda o derecha.

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