Tres millones de nuevos pobres es el resultado de casi 8 años de gobierno de la nefasta izquierda. Esta debacle no es obra exclusiva de Castillo y Boluarte. No. Esto viene desde que se eligió a alguien casi tan primigenio y básico como los anteriores, como es Humala. Luego vino el anodino gobierno de PPK, seguido del felón y sinvergüenza de Vizcarra; pasando por el “pasapelota” de Sagasti. Todos plagados de izquierdistas y políticas estatistas.

Los exministros de esos gobiernos son responsables directos de esta debacle; donde quizá el premio mayor se lo lleva la inexperta y novel exministra Alva que encerró al país apoyada en “sabios” como Zeballos (el de las pruebas rápidas), la “valerosa” Mazzetti o en asesores “brillantes” como Matuk; pasando por el “cierra Congreso” del Solar o los ineficaces Francke (el envidioso), Mirti Vásquez, el chalán Bellido, los golpistas Betssy y Anibal o antes los “Conga Boys de Humala” (Herrera, Giesecke y Pulgar).

Lo que más escuece, es que muchos de ellos salen a pontificar sobre lo que se debe hacer para retomar la senda de crecimiento; esa, que ellos han destruido.

Párrafo especial para los antimineros y esos “sesudos” congresistas que elegimos.

Ciertamente, Castillo y Dina son el mazazo mayor, quienes con el vivo auspicio de esa izquierda retrógrada que llora cuando se les arrebata su cuota de poder, pero que calla frente a sus inmundicias cuando la tienen ¿o no, Vero?, han aniquilado la economía y las instituciones.

El ejemplo más lastimoso es ese vómito negro empobrecedor que es la Refinería de Talara (¡Gracias, Campodónico, Merino y Castilla!). Más de $ 8,800 millones tirados a la basura y al bolsillo de unos sinvergüenzas. Mejor destinábamos esos fondos a los sectores vulnerables mediante váuchers de comida, salud, educación o energía.

Y que la “derecha” haga también su mea culpa, que su cuota también es grande.