(Foto: AFP)
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El chavismo no iba a permitir que una lideresa que empezó a aglutinar a toda la oposición, con muy serias posibilidades de ganar las presidenciales pese a todas las trampas y fraudes que la dictadura le orquestara, siguiese avanzando.

Es un clásico del totalitarismo: la descalificación de cualquier adversario político o voz disonante que pueda amenazar el poder absoluto que ejercen sobre las instituciones de su país.  Y se sabe, las dictaduras se nutren del miedo que esos vetos y maniobras oscuras generan.

Sin embargo, después de tantas idas y venidas en la oposición democrática ‘veneca’, finalmente parecen haber encontrado el liderazgo que esperaban, una personalidad carismática, con convocatoria y que le ha dicho en su cara a Maduro que el miedo se acabó. Y ese personaje, esa mujer, se llama María Corina Machado.

Estaba cantado que iban a ratificar su inhabilitación. ¿Las razones? Todas írritas: por su apoyo a las sanciones de Estados Unidos contra el régimen de Nicolás Maduro, así como por respaldar a Juan Guaidó, dirigente opositor llanero que se proclamó presidente interino de Venezuela en 2019.

El mundo democrático, felizmente, reaccionó. Casi 30 expresidentes de todo el planeta han protestado y exigido que se le habilite a participar en los comicios de este año. Y no pocos gobiernos de la región, entre ellos el de Perú, decidieron adoptar similar postura. Estados Unidos, por su parte, ha empezado a restituir las sanciones económicas contra la dictadura, luego de que las hiciera entrar en pausa por motivos geopolíticos (la invasión rusa a Ucrania).

Hace años que Venezuela es una ruina de la que sus propios ciudadanos buscan huir migrando hacia otros territorios, el nuestro, por ejemplo. El país ha quedado en manos de una cúpula que, bajo la malhadada narrativa chavista, supuestamente bolivariana (pobre Bolívar), ha hundido una economía antaño pujante a niveles poco antes experimentados en una nación petrolera y de largo –aunque accidentado– historial democrático.

No olvidemos que a fines de 2023, EE.UU. y Venezuela firmaron el Acuerdo de Barbados, en el que Maduro se comprometió a establecer una ruta electoral que permita elecciones presidenciales transparentes y sin inhabilitados políticos.

Si el dictador insiste en inhabilitar a la candidata de la democracia, devolverá a su país a la condición de paria internacional, con las severas consecuencias económicas que ello le acarreará.

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