El contexto social de una pandemia mundial por el coronavirus nos ha demostrado que los estados deben tomar decisiones basadas en evidencias comprobadas empíricamente, y en este escenario la ciencia es la estrella de la película.

Hemos visto que la ignorancia de algunos gobernantes directamente ha matado a sus ciudadanos. Por el contrario, los países con gobernantes que han basado sus decisiones en información científica han tenido mejores resultados en el manejo de la pandemia.

Las vacunas, que finalmente llegarán al Perú, son una solución que también debemos observar, pero que sin ninguna duda nos permitirá vivir con mayor tranquilidad. Sin embargo, un movimiento ANTIVACUNAS comparte alucinados mitos urbanos que señalan que te pondrían un chip para vigilarte, y una serie de tonterías que, lamentablemente, algunas personas creen.

#SinCienciaNoHayFuturo es un hashtag que debe transformarse en propuesta política de manera que las decisiones que tome el Estado se basen en argumentos científicos. Y esto implica la inversión de recursos en ciencia y tecnología a fin de tener desde las universidades públicas y los institutos del Estado una opinión y unas soluciones que surjan desde los propios peruanos.

La pandemia producida por el COVID-19 ha dejado en evidencia que es indispensable tener nuestras propias fuerzas de conocimiento científico, y considerar como inversión –no como gasto– la asignación de fondos para la investigación.

El Perú es un país que merece un Estado que otorgue a la ciudadanía seguridad, estabilidad, certidumbre, tranquilidad y una vida en paz que te permita cumplir con un proyecto de vida. Eso solo se puede conseguir con decisiones tomadas con base científica.

Disclaimer: Quien escribe esta columna es candidata al Congreso de la República por el Partido Morado.

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