(GEC)
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De Keiko y del fujimorismo conocemos todo, artes y mañas. Seguirá bajo la lupa, incluso si eventualmente llega al poder. Su capacidad de movimiento estará acotada y fiscalizada, en cada paso, por la prensa independiente y por la ciudadanía. No le será fácil tener arranques de autoritarismo o de chantaje contra los medios de comunicación, así les invada la tentación.

Sobre Castillo, Cerrón y Perú Libre, recién estamos descubriendo, a partir de sus vínculos, de un ideario marxista, leninista, mariateguista, escrito y promovido por alguien como Vladimir Cerrón, a quien pretenden esconder, pero no lo logran, hacia dónde quieren ir, con pocas o ninguna probabilidad de retorno para nuestro país. Es claro que buscan mecanismos para conculcar las libertades, el equilibrio de poderes “en nombre del pueblo” al que dicen representar, saltándose los caminos constitucionales o buscando interpretaciones antojadizas y atajos tramposos.

Nadie puede tapar que el Perú no es Lima ni viceversa, pero también es meridianamente claro que quieren exacerbar la la postergación (real) de muchas regiones, responsabilidad de sucesivos gobiernos y también por ineficacia + corrupción de sus líderes locales, para plantear en esta segunda vuelta que la decisión ciudadana apunta a una “lucha de los pobres contra los ricos”.

El país tiene millones de emprendedores de pequeños negocios que con enorme esfuerzo han salido adelante, por las ventajas del mercado, al que, evidentemente, hay que hacerle correcciones en la eficacia de las regulaciones para evitar las distorsiones. Pero patear el tablero en nombre de modelos trasnochados, fracasados (ejemplos hay muchos) que ofrecen “repartir riqueza” expropiando todo, jugando deliberadamente con las emociones instintivas de los vulnerables, de los irritados por esta pandemia que no acaba, es una locura.

Debemos seguir develando las intenciones de quienes pretenden que el Perú retroceda a épocas dictatoriales de expansión de la pobreza, y, por el otro lado, debemos seguir exigiendo compromisos de estricto cumplimiento de los mandatos democráticos dentro de una sociedad libre que busque darles oportunidad pareja a todos. El pueblo somos todos los peruanos, no solo algunos.