-Insisto, debemos preservar como sea la cadena de pagos (x le paga a w, w le paga a z, z le paga a j, etc…), lo que significa sobretodo que los pequeños y medianos empresarios, proveedores, trabajadores independientes, etc…, estén líquidos. Desde el Estado, la Sunat ha tenido buenas medidas, pero tiene que ir un poco más allá, como levantar cuentas embargadas o condonar intereses moratorios, como Trabajo e Indecopi deben perdonar multas. No se trata de premiar al pendejo, sino de evitar un colapso como aquel ocurrido en 1998 al interrumpirse la cadena de pagos, desplome del cual nos costó seis años salir.
También Estados y bancos deben simplificar y agilizar más el factoring. Muchas facturas están a 30 y 60 días y estos agentes económicos deben vendérsela a los bancos para tener liquidez ya. Lo que debemos procurar es que los agentes económicos estén líquidos, para que se paguen unos a otros y también pongan dinero en los bolsillos de sus trabajadores. Si no, empezarán las quiebras masivas, la caída en el consumo y ya el desastre no lo detiene nadie.
-Al César lo que es del César: tengo una pésima opinión del golpista Vizcarra -como gobernante y como persona-, pero hay que reconocer que ha reaccionado muy bien a esta plaga. Pero su desempeño tampoco es para dedicarle panegíricos waripoleros, tal como ayer lo hizo María Alejandra Campos desde su columna en EC: “con tono sereno y firme”, “líder sabio y lúcido”, “un presidente hecho para las crisis”, “el Perú ha sido el país que más rápido ha reaccionado”. ¡Ni Choquehuanca a Bolívar! Un poco más y Campos imita a Choquehuanca y le escribe: “Quiso Dios de salvajes formar un gran imperio y creó a Vizcarra (…) Sois pues el hombre de un designio providencial”. ¡Ya, pues, no sean así! ¡Hasta Mávila y Chincha se ruborizarían!