La muralla  y el escudero. (Foto: Lino Chipana/ GEC Archivo)
La muralla y el escudero. (Foto: Lino Chipana/ GEC Archivo)

Tal como están las cosas en el país, suena casi como el colmo de tanto desgobierno: Kuélap, uno de los símbolos de nuestro valioso patrimonio cultural, a punto de caerse por negligencia de las autoridades. Al muro que se derrumbó hace unos días, según los especialistas, le pueden seguir otros desmoronamientos en poco tiempo.

Las alarmas y advertencias sobre el deterioro de este complejo histórico estaban encendidas desde hace varios meses sin que el gobierno hiciera absolutamente nada para protegerlo, más allá de emitir, en febrero, una resolución que lo declaró en emergencia que quedó solo en eso, letra muerta.

Los sucesivos ministros que han desfilado por la cartera de Cultura se han dedicado siempre a asuntos que poco o nada respondían a las necesidades del sector. Y quien actualmente ostenta el cargo, Alejandro Salas, llegó a la zona para inspeccionar el daño cuando la leche ya estaba derramada. Es decir, cuando el daño tantas veces anunciado ya se había producido, multiplicando el gasto que significará ya no una reparación o refuerzo, sino una cuidadosa reconstrucción de la estructura colapsada.

Lo cierto es que el ministro Salas, quien llegó al cargo con nula experiencia en asuntos culturales, emplea más tiempo en defender públicamente al gobierno que a los temas que deberían interesarle, como por ejemplo la protección de nuestro patrimonio arqueológico, tarea que el premier que lo llevó al puesto, Héctor Valer, minimizó cuando le preguntaron por su nombramiento, ya que se trataba de una persona ajena al sector.

La verdad de la milanesa es que si Salas llegó y luego sobrevivió a ese efímero gabinete, fue por una negociación de cupos y acuerdos del oficialismo con su partido, Somos Perú, ahora propiedad de la operadora política Patricia Li. Y, en distintas situaciones críticas para el gobierno, SP ha favorecido al presidente Castillo con los votos de su bancada en el Congreso.

Por su parte, la jefa de esa organización, Patricia Li, registra hasta ocho visitas a Palacio, según ha revelado recientemente el diario El Comercio.

Que el responsable de promover y preservar nuestro acervo histórico, artístico y cultural se haya hecho conocido más como un escudero presidencial que por su labor en las áreas que le competen como ministro tiene pues una explicación bastante más sólida, por lo pronto, que los abandonados muros de Kuélap.