Este es el Westpac Stadium, donde se jugará la primera fecha del repechaje de Perú vs. Nueva Zelanda (Westpac Stadium Página Oficial)
Este es el Westpac Stadium, donde se jugará la primera fecha del repechaje de Perú vs. Nueva Zelanda (Westpac Stadium Página Oficial)

Esta semana, la selección peruana de fútbol pasó a repechaje con Nueva Zelanda. No estoy segura de cuál será el resultado de los partidos programados, pero en donde este país sí nos gana es en su economía y en su forma de convertir su progreso económico en bienestar social.

Según el Índice de Progreso Social 2017, Nueva Zelanda se encuentra en el puesto 9 de 128 países con mejores niveles de calidad de vida. Con un PBI per cápita a paridad de compra de 35,000 dólares al año, este país es capaz de asegurar la misma o mejor calidad de vida que países que le duplican el per cápita, como Noruega o Kuwait.

De hecho, los países que se encuentran en los primeros 8 puestos de nivel de progreso social tienen un per cápita mayor. Italia, por el contrario, que tiene el mismo PBI per cápita que Nueva Zelanda, no alcanza los mismos niveles de progreso social que este oceánico país, alcanzando el puesto 24, que aunque es un puesto alto, está 15 lugares por debajo de Nueva Zelanda. Es decir, Nueva Zelanda lo hace mejor con la misma o menor renta.

Este comportamiento ha hecho que Nueva Zelanda sea uno de los países con mejor desempeño en el mundo en asegurar una mejor calidad de vida para sus ciudadanos. En indicadores como nutrición o acceso a agua potable en zonas rurales, Nueva Zelanda se encuentra en el primer lugar, mientras que Perú se ubica en el puesto 75 y 100, respectivamente. No basta con asegurar crecimiento económico, esto sin duda es imprescindible para generar desarrollo social, pero en países tan inequitativos como el nuestro, el progreso social no viene por sí solo.

Por eso, es importante adoptar más estrategias para asegurar que nuestro crecimiento se traduzca en bienestar para todos. Juguemos como Nueva Zelanda, aprendamos de los mejores. El Perú sigue dependiendo de sí mismo.

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