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Redacción PERÚ21

redaccionp21@peru21.pe

Economista

El año pasado 1.2% de los peruanos dejaron de ser pobres. Una buena noticia, sin duda. Sin embargo, el 2014 es el año de menor reducción en la pobreza desde el 2005. El análisis de los datos nos indica, además, que la mejor manera de luchar contra la pobreza es a través de políticas que fomenten el crecimiento económico, y no a través de programas redistributivos.

Casi 59% de los peruanos era pobre en el 2004. Es notable que, a fines del 2014, la proporción de pobres haya caído a menos de 23%. Pero, ¿cuánto de la reducción en la pobreza se debe al alto crecimiento económico durante la última década y cuánto es consecuencia de la caída en la desigualdad?Utilizando la información de las Enaho del INEI, podemos inferir que al menos 85% de la caída en la pobreza entre el 2004 y el 2014 se debe al aumento en el ingreso por habitante, y menos del 15% a la caída en la desigualdad. En otras palabras, si nuestro país no hubiese crecido a cerca de 6% desde el 2004, entonces más de la mitad de la población seguiría siendo pobre. Es decir, el crecimiento económico ha sido la fuerza fundamental que les ha permitido a millones de compatriotas superar la tara de la pobreza.

Así, por ejemplo, mientras entre el 2006 y el 2011, cuando crecíamos más rápido, la pobreza se redujo en más de 30 puntos porcentuales, entre el 2011 y el 2014, años de menor expansión del ingreso, la caída en la pobreza es de tan solo 5 puntos.

Los datos nos dicen, entonces, que la reducción en la desigualdad ha tenido un efecto marginal en la lucha contra la pobreza. Más aún, sería un error atribuir el total de la reducción de la desigualdad desde el 2004 a los programas sociales, pues, hasta donde se sabe, no existe una evaluación oficial del impacto de los mismos. Así, es posible que la desigualdad se haya reducido por las mejores oportunidades que el crecimiento económico les ha dado a las personas de menores ingresos.

En suma, las políticas sociales más efectivas de reducción de la pobreza son aquellas que estimulan la inversión privada, motor del crecimiento en una economía libre, y aquellas que mejoran la calidad de los bienes y servicios públicos, como la infraestructura, la educación y la seguridad ciudadana.

Hay todavía siete millones de peruanos pobres. Pero, recordemos que la pobreza en nuestro país no es consecuencia de unos pocos que tienen mucho, sino de unos muchos que tienen poco.